De la casa existente demolimos lo que expandía y deformaba el programa inicial. Todo aquello que convertía su interior sombrío en una especie de rincón penetrable sólo por los familiares y sus recuerdos. Deshacer ese tiempo blanqueando su interior fue la primera y única decisión formal relevante del proyecto, además de desclavar afiches, cuadros y manifiestos familiares acumulados durante los últimos 35 años.
movimiento de las rocas
Si alguien necesitara meter dentro de una casa A un bosque, le conviene pintar de blanco su interior y construir dos terrazas-rampas formando un zócalo como una pequeña colina negra que traspase en la planta baja la casa abierta de lado a lado, para llegar a caballo si se quiere. Arriba se deben conservar los dormitorios pequeños y por fuera, más arriba, debería instalar un mirador para ver los cerros cercanos: el Morrillo, el Peine, los Tres Cuernos; dejando abajo, muy abajo, el suelo.
Y los 60 basaltos quedaron casi en la misma posición propuesta por el descuido de los camioneros. Algunos los acomodamos más tarde cuidando invadir el nuevo interior blanqueado, abriéndolo hacia algo tan inasible en el lugar como era una nueva memoria.
acomodo de rocas en el lugar
vista lateral
Obra finalizada
http://www.scielo.cl/pdf/arq/n70/art14.pdf
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